¿ Como puedo proteger mis plantas de la calor extremo? Guía completa para que tus plantas sobrevivan al verano

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Autor Adrián Medina Alarcón

¿Cómo están llevando tus plantas el verano? ¿Están sanas, o quizá...? 

>> Se han empezado a marchitar. 

>> Hay varias hojas que están poniéndose marrones.

>> Y además, al césped le han aparecido bastantes manchas amarillas.

Todos estos síntomas son una señal clara de que tu jardín no está bien protegido frente a las alturas temperaturas.

Y es un tema bastante serio.

El calor no solo nos afecta a nosotros, sino que también puede suponer todo un reto para nuestras plantas (¡y además ellas no pueden meterse en la piscina a refrescarse!).

Muchas especies (como las que que provienen de climas tropicales o que han crecido en invernadero) no soportan el sol directo, y las temperaturas por encima de 30ºC hacen que la tierra y las plantas se sequen.

Y la tendencia es que esta situación sea cada vez más frecuente: en España ya estamos notando los efectos del cambio climático, que hace que las olas de calor duren más y con temperaturas más altas.

Por eso, proteger nuestras plantas del calor es hoy más importante que nunca.

Y con unos sencillos cuidados, como los que te vamos a explicar en este artículo, podemos mantener nuestro jardín en perfectas condiciones durante todo el verano.

¡Empezamos! 

Consejos para que tus plantas resistan las altas temperaturas

Deja crecer el césped

Uno de los primeros afectados por el calor es el césped, que empieza a secarse y amarillearse.

El sol directo quema las hojas y seca el suelo. Y, a diferencia de otras plantas, mantener todo el césped a la sombra durante el día es casi imposible. Salvo que tengamos una extensión de jardín muy pequeña, siempre nos quedará una parte expuesta a la luz directa durante varias horas.

¿Qué podemos hacer entonces?

Lo mejor es que aumentemos la altura de siega.

En lugar de los tres centímetros que dejamos normalmente el resto del año, en verano permitiremos que crezca hasta los cinco. De este modo las hojas podrán acumular más agua y protegerán el suelo de los rayos del sol, manteniendo la humedad.

Cubre la tierra con corteza de pino

Este consejo se aplica tanto al césped como a las macetas y al resto del jardín.

Una capa generosa de sustrato actúa como un aislante natural contra las temperaturas extremas en invierno y en verano. Además, contribuye a mantener la humedad en el suelo.

Si aún no lo estabas haciendo, pruébalo y verás cómo tus plantas lo agradecen. 

Usa toldos y mallas para generar sombra

Si alguna zona de tu jardín recibe luz directa durante muchas horas al día, puedes utilizar un toldo o una malla de sombreo. Ambos crean una agradable sombra que evita que las hojas se quemen.

Para jardines amplios con varias zonas tenemos la posibilidad de instalar toldos de vela, que pueden anclarse a árboles, paredes o estacas para dar sombra en zonas concretas (como por ejemplo, parterres de flores). 

Siembra las plantas en grupos

Coloca varias plantas juntas para formar entre ellas un microclima húmedo.

Si pones estos grupos en una sombra parcial y proteges la tierra con una capa de mantillo, conseguirás que tus plantas se mantengan frescas con menos agua.

Fertiliza en primavera, no en verano

Durante los meses de más calor es poco recomendable abonar. El abono puede absorber el calor del sol y acabar haciendo daño a nuestras plantas.

En su lugar aplicaremos el fertilizante durante la primavera. Así, además, nuestras plantas tendrán tiempo de asimilar los nutrientes y crecerán más resistentes de cara al verano.

Mucho ojo con las plagas

Plantas debilitadas por el calor y plagas más activas... es una combinación explosiva.

Con las altas temperaturas, hongos e insectos están al acecho para instalarse en nuestro jardín. Si no lo prevenimos, es probable que acaben debilitando nuestras plantas.

Si detectas que cualquiera de estos visitantes indeseados aparece en tu jardín, actúa cuanto antes aplicando un fitosanitario específico.

Refresca las plantas con pulverizadores

A nuestras flores les pasa como a nosotros: cuando tienen mucho calor, echarles un poco de agua les sienta maravillosamente.

Puedes utilizar un nebulizador sobre las hojas y flores para reducir su temperatura y protegerlas del calor.

Con este método le damos a la planta suficiente humedad para mantenerse fresca, pero no tanta como para provocar la aparición de hongos.

No obstante, recuerda hacerlo siempre en las horas de menos sol. En caso contrario, las gotas podrían hacer un efecto de lupa y quemar las hojas.

Riega muy temprano o de noche

Este consejo es un clásico para ahorrar agua, porque así evitamos que el riego se evapore.

Pero además, igual que con el punto anterior, si regamos a pleno sol durante el verano es probable que las hojas se acaben quemando por el efecto lupa de las gotas.

La mejor protección frente al calor es un jardín diseñado de forma inteligente

No nos cansamos de decirlo: un jardín bien diseñado es la mejor manera de ahorrar agua y asegurarte de que tus plantas soportarán los rigores del verano, el viento y las bajas temperaturas invernales.

Y es que hay plantas que están muy bien adaptadas a nuestro clima, y que pueden soportar sin ningún problema los rigores del verano.

O para las más sensibles, también puedes aplicar pequeños "trucos", como crear barreras y sombras naturales con árboles y arbustos.

¿Te gustaría que te ayudásemos a renovar tu jardín y crear un ecosistema más sostenible y resistente al calor y a la sequía?

En Viveros González llevamos muchísimos años dedicándonos al diseño de jardines, así que conocemos muy bien todos los secretos para hacer un jardín que esté saludable y vistoso en cualquier mes del año. Lo único que tienes que hacer es entrar aquí y contarnos tu caso.

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