Qué es el riego por capilaridad: ventajas y desventajas de este sistema y cómo usarlo en tu jardín

Posted By: Manuel Gaviño In: Cuidado del Jardín Comment: 0 Hit: 4112

Qué es el riego por capilaridad, sus ventajas y desventajas y cómo implementarlo en tu jardín

Imagina que hubiera un sistema de riego que:

  • Es automático
  • Apenas requiere inversión.
  • Ahorra agua.

¿Imposible?

Nada de eso; este sistema es muy real, y se llama riego por capilaridad.

Y en este post te vamos a explicar:

  • Qué es el riego por capilaridad exactamente.
  • Los pros y contras de usarlo en tu jardín.
  • Cómo implementarlo (para plantas individuales y para varias plantas).

¿Preparado?

Pues vamos allá.

Qué es y cómo funciona el riego por capilaridad

Antes de nada, tenemos que explicarte qué es la capilaridad.

Y para eso nada como un ejemplo.

Imagina que tienes un clavo en una pared y le atas un cordel de algodón por un extremo. El otro extremo, el que queda más cerca del suelo, lo metes en un vaso de agua.

Al cabo de unas horas, una buena parte del cordel estará humedecido. Es decir, el agua habrá “trepado” a través del algodón.

Eso es la capilaridad.

Una propiedad del agua que le permite rellenar los huecos dentro de un material (en este caso, los recovecos que hay entre las hebras de algodón), incluso para hacerlo tiene que ir en contra de la gravedad.

Pues el riego por capilaridad es el sistema que aprovecha esta propiedad del agua llevar el agua hasta las plantas.

Hay varias formas de hacerlo, pero las más habituales son:

  • Meter un extremo de un cordel de algodón u otro material poroso en una botella de agua. El contrario lo metes en la tierra de una maceta.
  • Colocar una cubeta de agua bajo las raíces de una o varias macetas, para que la planta absorba el agua a través de ellas.

Luego veremos más en detalle cómo poner en práctica estos dos sistemas.

Pero antes, es importante que entiendas en qué casos es interesante usar este sistema.

Ventajas y desventajas del riego por capilaridad

Empezamos por las primeras.

1. Ventajas

Los beneficios de este sistema son muy similares a los del riego por goteo.

  • Ahorra agua: las plantas absorben el agua que necesitan de manera muy gradual. Así no corres el riesgo de darles más agua de la que necesitan o de la que la tierra puede absorber y que la mitad se acabe derrochando.
  • Bajo riesgo de excederte con el riego: en línea con el punto anterior. Este sistema no inunda la tierra, porque el agua entra muy poco a poco. Por lo tanto, no corres el riesgo de ahogar las raíces (y de provocar una enfermedad u hongos).
  • Mantienes el suelo húmedo: lo cual es muy beneficioso para plantas que necesitan tener el sustrato siempre húmedo, como algunas tropicales.
  • Es "automático": no necesitas estar pendiente de tus plantas, porque ellas se riegan “solas”.

2. Desventajas del sistema de riego

Ahora vamos con los puntos “menos buenos”:

  • Puede ser complicado realizar una instalación: si tienes muchas plantas, diseñar un sistema de riego por capilaridad para regarlas todas puede ser complicado y requerir ciertos conocimientos técnicos.
  • No es apto para cualquier planta: hay especies que necesitan tener el sustrato completamente seco entre riego y riego. Con el sistema de capilaridad, este tipo de plantas corren el riesgo de marchitarse por exceso de agua.

Cómo puedes implementar este sistema con tus plantas

¿Ya tienes claro que vas as usar este sistema de riego en tu jardín?

Entonces te contamos cómo hacerlo.

1. Para macetas/jardín pequeño

Si tienes solo unas pocas plantas, bien porque las tengas en una terraza o porque tienes un jardín pequeño, puedes regarlas una a una.

Es muy sencillo:

  • Coge una botella grande
  • Coge un cordel que sea el doble de alto que la botella
  • Mete un extremo en la botella llena de agua.
  • El otro lo colocas en la maceta que quieras regar.

Por si te es más fácil verlo en vídeo, te dejamos uno aquí:

2. Para un jardín grande

Este proceso es mucho más complejo, pero a cambio te permite tener varias plantas regándose con la misma instalación.

Ve buscando guantes y ropa cómoda, que te empezamos a explicar:

  • Elige un espacio de terreno en el que situar las plantas.
  • Cava una fosa que tenga, como mínimo, medio metro de profundidad (la extensión puede ser la que quieras, según cuantas plantas vayas a sembrar en ella).
  • Nivela el terreno del fondo de la fosa para asegurarte de que el agua no se estanca ni se crean desniveles. Aprovecha también para rastrillar y eliminar piedras y cualquier otro obstáculo.
  • Coloca una tela impermeable que cubra toda la fosa. Esto evitará que el agua se filtre. Antes de colocarla puedes regar el suelo para asegurarte de que se asiente. 
  • Busca un tubo de PVC en forma de L. En uno de los lados de la L (el que vayas a colocar dentro de la fosa) taladra varios agujeros. Esto permitirá que el agua se distribuya de manera uniforme. ¡Ojo! Asegúrate de que todos los agujeros estén orientados hacia el suelo (si no, las raíces podrían llegar a taponarlos).
  • Sitúa el tubo en el interior de la fosa, asegurándote de que uno de los extremos sale fuera de ella para que puedas verter el agua.
  • Una vez colocado el tubo, rellena la fosa con grava y luego aplica una capa de tierra para rellenar los huecos.
  • Instala un soporte que se pueda rellenar de tierra y que te permita sembrar las plantas encima. Así, las raíces crecerán hacia el interior de la fosa y absorberán el agua de ellas.

Una vez hecho, solo tendrás que rellenar la fosa de agua a través del tubo de PVC cada vez que quieras regar tus plantas. Así ellas irán absorbiendo la que necesiten a través de las raíces.

¡Y listo! Ya tienes tu jardinería lista.

Por si lo necesitas, aquí te dejamos un vídeo donde se explica todo el proceso paso a paso (en el vídeo lo hacen con una jardinera en lugar de con una fosa, pero el proceso es el mismo):

¿Vas a utilizar este sistema para regar tus plantas a partir de ahora?

Ya has visto cómo instalar este sistema tanto si tienes unas pocas plantas como si cuentas con un jardín con un terreno amplio.

Pero recuerda que, uses el método que uses, lo importante es darles a cada una de tus plantas el agua (y los nutrientes) que necesitan.

Si tienes dudas con esto, podemos ayudarte.

En Viveros González llevamos más de 40 años ayudando a nuestros clientes a mantener sus plantas sanas y felices.

Además, también realizamos tareas de diseño e instalación de jardines, así que si necesitas que instalemos un sistema de riego de este tipo (o de cualquier otro) podemos hacerlo por ti.

Entrando aquí puedes ponerte en contacto con nosotros y explicarnos tu situación.

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