Los cuidados de la caléndula que debes conocer (para que florezca todo el año)

Quieres saber cómo cuidar tus caléndulas para que estén florecidas todo el año? En este post te contamos todo lo que tienes que saber.

Pocas flores son tan universales como la caléndula.

Esta planta (y sobre todo su variedad la Calendula officinalis) está presente en la mayoría de los jardines, terrazas y balcones de España. Sobre todo en los de la costa Mediterránea, que es de donde proviene esta planta. 

Y no es para menos.

Por un lado, los cuidados de la caléndula son tremendamente sencillos.

Se trata de una planta muy rústica, que se adapta bien a todas las condiciones de luz y de temperatura. 

Eso por no hablar de sus famosas propiedades medicinales (sirve para desinfectar heridas, para curar indigestiones, reducir inflamaciones y aliviar el dolor de las picaduras de insecto, entre otros muchos usos).

Y lo mejor de todo es su floración, una auténtica belleza. Si sabemos cómo cuidarla, esas flores durarán todo el año. 

¿Quieres saber cómo?

Pues sigue leyendo, porque en este post vamos a contarte todo sobre los cuidados de la caléndula.

Guía de cultivo de la caléndula: cuidados básicos

Dentro de las caléndulas, la variedad que estamos más acostumbrados a ver es la Calendula officinalis. 

Se trata de una especie herbácea que puede florecer durante todo el año si el clima es suave (en zonas frías las flores durarán toda la primavera y el verano). 

Vamos a ver cómo cuidarla.

1. Primavera, el mejor momento para sembrarla

La caléndula se reproduce por semillas. 

Para que germinen, debemos colocarlas en un semillero bien lleno de sustrato (si no tienes semillero, te bastará con los típicos envases de yogur). 

Asegúrate de que el fondo esté agujereado para evitar que se acumule el agua.

Lo ideal es sembrar entre 2 y 3 semillas por semillero, a una profundidad aproximada de 2 centímetros. Lo haremos durante la primavera o, como mucho, a lo largo del verano.

Una vez sembradas las semillas, asegúrate de mantener el sustrato bien húmedo (sin llegar a encharcar nunca) hasta que germinen, lo que ocurrirá al cabo de un par de semanas.

En el momento en que los brotes sobrepasen los 5 centímetros más o menos, será el momento de trasplantarlas.

2. Si quieres que florezca, dale mucha luz

A las caléndulas les encanta el sol. 

Lo curioso es que, a pesar de ser originaria de zonas muy soleadas, esta planta es capaz de sobrevivir incluso en semisombra. Por eso te decíamos que es una especie muy rústica.

Eso sí, para que florezca en todo su esplendor, tienes que ponerla al sol.

Si lo haces, verás cómo hacia el final del invierno tu jardín tu terraza y tus balcones empiezan a cubrirse de pétalos naranjas y amarillos.

3. No te olvides de regarla

Si con la luz no era exigente, cuando hablamos del riego la cosa cambia.

La caléndula es una planta que demanda poca agua en cada riego, pero siempre de forma regular. 

Y esto es muy importante.

Las raíces de la planta pueden sufrir mucho con el exceso de agua, por lo que ante todo debes asegurarte de que el sustrato nunca se encharque.

El sustrato debería mantenerse siempre húmedo.

4. Mantén el drenaje del sustrato

Te decíamos que la caléndula no soporta el exceso de agua.

Y aquí también entra en juego el sustrato en el que la siembres. Lo ideal es que sea una tierra porosa, que mantenga la humedad, pero evite los encharcamientos.

Si la siembras en maceta, puedes añadir gravilla, cantos rodados o incluso mezclar el sustrato con arena para que el agua corra mejor.

También es importante que el sustrato sea rico en materia orgánica para nutrir a la planta. En los meses de floración, puedes complementarlo con un abono rico en fósforo para aumentar la producción de flores.

5. Prefiere el calor, pero soporta el frío

Aquí de nuevo la caléndula demuestra sus dotes como planta todoterreno.

Si bien se sabe que procede de la zona del Mediterráneo (incluso puede que de Egipto, aunque no está confirmado), esta planta se adapta bien a distintos rangos de temperatura.

Así, si en tu zona tienes inviernos templados sin heladas, es probable que puedas mantenerla en exterior todo el año.

Eso sí, que soporte el frío no significa que lo prefiera.

Ante todo esta planta es una amante del sol y del calor, y es en estas condiciones cuando germina mejor y produce más flores.

Cuando las semillas están germinando sí es importante que la temperatura se mantenga en torno a los 20 grados (por eso el mejor momento es durante la primavera y el verano). 

6. Pódala después de la floración

En el caso de que vivas en zonas con un clima templado o frío, lo más probable es que la caléndula pierda sus flores una vez entrado el otoño.

De ser así, debes podarla para eliminar las ramas marchitas. 

Esto le dará fuerza a la planta y la ayudará a soportar mejor el invierno. Además, para darle un empujón extra también puedes cambiarle el sustrato (muy importante si está en maceta) y añadir nueva materia orgánica.

Plagas comunes de la caléndula

La caléndula no solo es la protagonista de los balcones y patios, sino que también es bien conocida entre los agricultores.

Esta planta tiene la propiedad de repeler a varias de las plagas que infestan las huertas (así que si estás pensando en cultivar tu propio huerto, es posible que te interese acompañar las hortalizas con algunas caléndulas).

Pero esto no significa que sea inmune a las plagas.

Algunos de sus principales enemigos son el pulgón y la mosca blanca. Algunas especies de cochinilla, caracol y babosa también se sientan atraídas por los pétalos de esta planta.

Las enfermedades son menos comunes, pero a veces la caléndula es el blanco de hongos como el Botrytis, el Roya o el Oídio.

Estos problemas los puedes evitar con un fungicida y un insecticida sistémico.

Ya tienes todo lo necesario para cuidar tus caléndulas

En este post te hemos dado las claves básicas para cultivar tus caléndulas y conseguir que sus flores te acompañen durante la mayor parte del año. 

Ahora es tu turno.

Ponte los guantes y empieza a darles a estas maravillosas plantas los cuidados que se merecen.

Y si tienes cualquier duda, puedes ponerte en contacto con nosotros para que te asesoremos.

Estaremos encantados de ayudarte a tener un jardín más feliz.