Girasol. Helianthus annuus.

Los girasoles, científicamente llamados Helianthus annuus, se originaron en América y son cultivados tanto por su estética como por las valiosas semillas que producen. Su nombre deriva de su característico comportamiento de orientarse hacia el sol a lo largo del día.

Descripción: Estas plantas se distinguen por sus grandes cabezas florales que en especies silvestres miden de 7,5 a 15 cm de diámetro, y en las variedades domesticadas pueden superar los 30 cm. Las flores centrales, que pueden ser marrones, amarillas o moradas, están rodeadas por vistosas flores de pétalos amarillos.

Los girasoles realizan heliotropismo; es decir, sus flores y hojas se mueven siguiendo el sol desde el amanecer hasta el atardecer.

Cuidados – Riego y Fertilización: Los girasoles son plantas robustas y de fácil mantenimiento. Aquí van algunos consejos:

Luz: Necesitan plena exposición solar, con al menos 6-8 horas de luz directa diaria.

Suelo: Prefieren suelos fértiles y bien drenados. Enrichécelos con compost antes de plantar.

Riego: Riega abundantemente cuando el suelo esté seco al tacto, pero evita el encharcamiento para no pudrir las raíces.

Fertilización: Un fertilizante equilibrado mensual durante la temporada de crecimiento (primavera y verano) favorecerá su desarrollo.

Resistencia térmica: Aunque toleran bien el calor, algunas variedades pueden resistir ligeras heladas en fases tempranas de crecimiento. Selecciona variedades adecuadas para tu clima si es más frío.

Por su belleza y facilidad de cuidado, los girasoles son ideales para cualquier jardín, brindando un atractivo visual único y la posibilidad de cosechar semillas nutritivas. Añade estos llamativos y soleados elementos a tu espacio exterior.