Los arbustos son un tipo de planta muy versátil.

Puedes usarlos para darle un toque de color a tu jardín en invierno (con los arbustos de hoja caduca), delimitar espacios…

Y que estés leyendo esto significa que tú, como nosotros, también eres un amante de estas plantas y conoces todo el potencial que ocultan. ;)

Pero ¿tienes claro…?

Cuál es la mejor época para sembrar arbustos.

Y el proceso idóneo para hacerlo.

Si no, no te preocupes, porque con este post vamos a responder ambas preguntas.

Empecemos por la primera… 

Por qué el otoño es la mejor época para sembrar tus arbustos

Como ocurre con todo, a la pregunta de “cuándo es mejor sembrar los arbustos” no hay una respuesta correcta, sino varias.

Pero en general, el otoño se considera una de las mejores fechas para hacerlo.

Y es que durante esta estación:

• Las temperaturas son moderadas, lo que permite que los arbustos desarrollen su sistema radicular. De esta forma estarán preparados para soportar las inclemencias del invierno, y desarrollarse en primavera en todo su esplendor.
• Además, con la llegada del frío los insectos, bacterias y hongos también proliferan menos. Eso reduce las posibilidades de que los ejemplares que sembremos se vean atacados por plagas o enfermedades durante su periodo de desarrollo.

Pero por supuesto, para que tus arbustos crezcan saludables no basta solo con saber cuándo sembrarlos… también debes saber cómo hacerlo.

Eso es lo siguiente que vamos a ver.

Pasos para sembrar tus arbustos en otoño

Elección del arbusto

Cada arbusto tiene sus propias necesidades a nivel de:

• Luz.
• Tipo de suelo.
• Espacio para crecer.
• Cuidados.

Ten en cuenta todos estos aspectos a la hora de escoger un arbusto que se adapte a las condiciones de tu jardín.

Por ejemplo, si el lugar donde vas a sembrarlos recibe poca luz, escoge especies que se adapten bien a condiciones de semisombra.

O en tu zona hay heladas muy fuertes, prioriza los arbustos que estén adaptados a climas fríos.

Preparación del suelo

La preparación del suelo es esencial para proporcionar un entorno propicio para el crecimiento de los arbustos. 

Comienza retirando las malas hierbas, ya que pueden competir por los nutrientes con las plantas recién sembradas. 

Asegúrate de que el suelo esté bien aireado y enriquecido con materia orgánica, como compost o abono, para garantizar la disponibilidad de nutrientes esenciales. 

En algunos casos, tendrás que añadir mezcla de tierras para que la composición sea adecuada (como siempre, cada especie de arbusto necesitará unas condiciones de sustrato específicas).

Haz el agujero para sembrar el arbusto

A la hora de cavar un agujero para tu arbusto, ten en cuenta que: 

• Debe ser aproximadamente dos veces más ancho que el cepellón del arbusto. 
• Y lo suficientemente profundo para albergar las raíces. 

Si necesitas renovar la tierra o añadir materia orgánica, este será el momento para hacerlo.

Saca el arbusto del contenedor

Antes de sembrar tu arbusto, deberás retirar el contendor que protege el cepellón. 

A la hora de hacerlo, ten mucho cuidado de no dañar las raíces. Revisa si algunas de ellas están enredadas o dañadas, y córtalas antes de sembrar el arbusto. 

Es importante que el cepellón esté expuesto al aire el menor tiempo posible, para reducir el estrés de la planta (porque sí, las plantas también se estresan). 

Colocación del arbusto en el agujero

Coloca el arbusto en el agujero de manera que la parte superior del cepellón quede al nivel del suelo. 

Ajusta la posición del arbusto según sea necesario y llena el agujero con tierra, presionando suavemente para eliminar bolsas de aire. 

Riego adecuado

Después de plantar el arbusto, riega abundantemente para asegurar que el suelo alrededor de las raíces esté bien empapado. 

Esto hará que la tierra se mezcle y se selle. Además garantizará que el arbusto tenga suficiente agua disponible para empezar a desarrollarse.

Aplicación de mulch

Aplicar una capa de mantillo alrededor del arbusto ayuda a conservar la humedad del suelo, suprime las malas hierbas y mantiene una temperatura del suelo más constante. 

Asegúrate de no colocar el mantillo directamente contra el tronco del arbusto para evitar problemas de pudrición. 

Si en tu zona hay heladas muy fuertes, existe la posibilidad de cubrir el suelo con plásticos o serrín para proteger las raíces del frío.

Seguimiento posterior a la siembra

Después de la siembra, realizar un seguimiento constante es clave. 

Riega en función de la necesidad de agua del suelo para asegurarte de que el sustrato se mantenga húmedo. Esto ayudará al arbusto a enraizar.

Revisa también el arbusto a medida que vaya creciendo para detectar posibles enfermedades o plagas que puedan poner en riesgo su crecimiento.

Ya sabes cómo y cuándo sembrar tus arbustos

Esperamos que este post te haya resultado útil.

Recuerda que si necesitas ayuda para diseñar o cuidar de tu jardín, puedes contactar con nosotros.

En Viveros González llevamos muchos años trabajando con jardines de todo tipo, y somos expertos en mantener las plantas sanas y felices.