Quiscualis indica.

Descripción General:

El Quiscualis es un arbusto trepador perenne que se caracteriza por su rápido crecimiento bajo condiciones óptimas, pudiendo alcanzar entre 3 y 9 metros de altura. Presenta ramillas tomentosas o con pubescencia esparcida y pecíolos que con el tiempo pueden tornarse espinosos. Sus hojas elípticas a oblongas, de aproximadamente 14 cm de longitud y base redondeada, se mantienen verdes todo el año.

Flores y Aroma:

Este arbusto se distingue por sus flores de aproximadamente 7 cm de longitud, que inicialmente son blancas en los ejemplares jóvenes y con el tiempo cambian a un color púrpura, desprendiendo un agradable aroma nocturno. La floración ocurre principalmente en verano y otoño, y las flores, similares a las del jazmín, cambian de blancas a rojas a medida que maduran.

Usos Tradicionales:  

En Asia, las semillas del Quiscualis han sido utilizadas tradicionalmente para combatir parásitos intestinales. En Cuba, se prepara una horchata con sus semillas para la expulsión de antozoos en niños, administrada con miel o jalea.

Cuidados Culturales:

El Quiscualis prefiere exposiciones de pleno sol a semisombra y no tolera bien el frío, soportando solo heladas débiles y esporádicas de hasta -2ºC. Requiere un suelo bien drenado y rico en materia orgánica, y el riego debe ser moderado, evitando el encharcamiento.

Poda y Multiplicación:  

Es recomendable cortar las puntas durante el invierno para fomentar un crecimiento más denso. La multiplicación se realiza mediante esquejes semileñosos.

Aspecto Decorativo:  

El Quiscualis es especialmente valorado por sus llamativas flores que florecen casi todo el año, siendo particularmente abundantes en primavera. Su apariencia exótica lo convierte en una excelente elección para jardines que buscan un toque original y colorido.